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Informe de la Comisión de Estrategias de Comunicación 1994

Se aprueba:

1. Aceptar el Informe de la Comisión de Estrategias de Comunicación como un documento de estudio.

2. Solicitar a las divisiones que revisen el documento y eleven un informe a la Asociación General con recomendaciones antes del Concilio de Primavera de 1995.

3. Remitir al Concilio de Primavera* de 1995, para que se tomen las medidas que correspondan, el Informe de la Comisión de Estrategias de Comunicación, que reza lo siguiente:

El presente Informe de la Comisión de Estrategias de Comunicación ofrece estrategias para abordar diversos asuntos de importancia que afectan a la iglesia tanto en lo que respecta a las comunicaciones internas como externas.

Antecedentes

Bajo la dirección del presidente de la Asociación General, durante el Concilio Anual de 1992, se tomó el acuerdo de prestar atención a las cuestiones y problemas relacionados con las comunicaciones que lleva a cabo la Iglesia mundial, a todos los niveles, a través de los medios establecidos de la página impresa. Se propuso un uso más amplio de los medios electrónicos, y se instó a las administraciones a que hagan de su utilización una prioridad.

Los objetivos de este enfoque mundial de las comunicaciones de la iglesia incluyen conservar la unidad de creencias y de misión, brindar alimento espiritual a la feligresía, ofrecer información sobre la posición de la iglesia en asuntos públicos, y contrarrestar elementos que provocan discordias.

El propósito de la Comisión de Estrategias de Comunicación de 1993- 1994 no ha sido repetir la labor llevada a cabo por la comisión anterior, sino que se ha intentado reforzar, complementar y fortalecer las propuestas de esta.

En el Concilio Anual de 1993 se tomó un acuerdo adicional en el que se indicaba que las comunicaciones constituyen uno de los seis asuntos de interés que deben ser debatidos por la iglesia. En parte, la creación de la Comisión de Estrategias de Comunicación fue una respuesta directa al acuerdo de 1993. El informe de la Comisión se ocupa de la necesidad de «preparar una estrategia que fije las directrices de las comunicaciones internas y externas de la iglesia» (Concilio Anual, acuerdo 250-93G, «Informe de la Comisión de Análisis Mundial y Recomendaciones para la Planificación Estratégica», 1993 Annual Council Booklet, p 28).

El informe que se presenta a continuación se divide en dos partes: una propuesta de estrategia, y la propuesta de otras acciones, que incluyen los diversos modos de llevar a la práctica dicha estrategia para que sea más eficaz.

Declaración estratégica y razón de ser

Se recomienda:

1º. Adoptar los siguientes puntos como declaración estratégica general que regule las comunicaciones tanto internas como externas de la iglesia:

Los adventistas comunicarán su esperanza haciendo hincapié en la calidad de vida que se halla en Cristo. El resumen de toda la comunicación de Dios respecto de sí mismo es que «Dios es amor» (1 Juan 4: 16). Este amor fluye a través del corazón humano generando esperanza (Rom. 5: 2). Dios, que es el fundamento de la esperanza, comunica gozo y paz a la iglesia y a sus miembros, de manera que la paz fluya hacia el mundo (Rom. 15: 13). Solo en Cristo se obtiene la plenitud (Col. 2: 10).

La Iglesia Adventista del Séptimo Día nunca pierde de vista la «bienaventurada esperanza». La Iglesia cree que Dios brinda un mensaje de esperanza a la humanidad que mejora su calidad de vida espiritual, mental, física y social. Por consiguiente, los adventistas han de comunicar con urgencia e insistencia cada vez mayores este mensaje de esperanza, para cambiar la vida en el presente, y ofrecer la plenitud de vida que resulta de tener fe en Jesucristo.

Elena G. de White insta vez tras vez a la iglesia a que despliegue su mensaje y su misión de manera tal que atienda las necesidades del cuerpo, la mente y el espíritu. En un mundo decadente, doliente y vacilante, hemos de comunicar el plan original de Dios para la humanidad, el cual responde a todas las necesidades humanas.

La iglesia ya se halla en situación de considerable ventaja por la imagen que ha logrado proyectar. En la mayoría de los países, mucha gente percibe a la iglesia como una fuente a la que acudir para hallar una mejor calidad de vida. Si la iglesia asume esta imagen, y la potencia por medio de una

estrategia cohesiva y deliberada, los adventistas también serán percibidos como los mayordomos de una esperanza que va mucho más allá de las expectativas terrenales.

La pregunta más pertinente para poner a prueba toda acción de comunicación es: «¿Transmite amor e infunde esperanza?». El propósito de la iglesia es crear una visión de las comunicaciones diseñada de tal modo que le permita cumplir el gran mandamiento: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente, y a tu prójimo como a ti mismo». Una comunicación de este tipo puede ofrecer una calidad de vida que infunda esperanza tanto para el presente como para el futuro.

2º. Solicitar a todas las organizaciones de la iglesia que desarrollen sus planes de comunicación, tanto internos como externos, según esta estrategia.

La selección del vocabulario que ha de usarse en las iniciativas de comunicación puede depender de si dicha iniciativa es de carácter interno o externo, del entorno cultural y social en el que se desenvuelve la iglesia, y de la organización que esté creando la iniciativa.

De acuerdo con esta estrategia, las organizaciones eclesiásticas pueden consignar positivamente cuál es la mejor forma de comunicar un mensaje verbal, lemas y modelos de pensamiento que resulten atractivos para una determinada cultura.

Para que esta estrategia cause un impacto global es necesario establecer prioridades de concepto y de planificación. Se propone por consiguiente que la Asociación General colabore con las divisiones en la formulación de planes que permitan llevar a la práctica esta estrategia.

3º. Incorporar los siguientes principios orientadores:

a. La congregación local ha de ser el principal centro de las comunicaciones internas.

La feligresía mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día está organizada en iglesias locales. Estas comunidades eclesiásticas locales son la base de todas las acciones esenciales relacionadas con el desarrollo de la fe. El propósito de toda comunicación es crear comunidades de fe. De acuerdo con el plan de Dios, la funciones de la iglesia local son predicar el

evangelio e instruir a los creyentes. Estas dos tareas vinculan a los miembros en comunidades, y crean la necesidad de comunicación.

El rápido y amplio crecimiento de la iglesia genera desafíos y oportunidades especiales para las comunicaciones, que la iglesia necesita atender en el ámbito de la congregación local. La esperanza y la plenitud son partes esenciales de las comunicaciones internas, y el mejor lugar para ofrecerlas es la comunidad de la iglesia local.

a.1. La iglesia es responsable de:

i. Examinar y, donde fuera necesario, adaptar sus sistemas de comunicación interna para que el flujo de la información esté dirigido a la congregación local.

ii. Poner la información básica a disposición de las congregaciones locales, de manera que cada miembro pueda estar informado y ser instruido.

iii. Incluir una cantidad mínima de materiales de instrucción en el idioma apropiado como uno de los criterios para registrar que un país, zona o grupo de personas ha sido alcanzado.

iv. Comunicar esperanza a sus miembros centrándose en la calidad de vida que gozarán cuando alcancen la plenitud en Cristo.

v. Que en cada acción de comunicación se refleje el amor por los miembros, para que la esperanza pueda producir una testificación efectiva.

a.2. Para llevarlo a la práctica.

i. Cada división o unión es responsable de revisar sus sistemas de comunicación con las iglesias y preparar recomendaciones para la junta directiva de la división correspondiente respecto a cómo adaptarlos a las necesidades de estas. Los informes de las medidas tomadas y de los sistemas aplicados han de ser remitidos al vicepresidente de la Asociación General asignado al Departamento de Comunicaciones.

ii. La asociación o misión ha de dirigir al menos una comunicación mensual a la congregación local, brindando instrucción, conexión con la misión y el mensaje de la iglesia, e información sobre su progreso y sus planes.

iii. Ha de incluir los siguientes temas dentro de los materiales básicos de instrucción dirigidos a cada miembro de iglesia:

1º. Cómo aceptar a Cristo.

2º. Cómo vivir como cristianos adventistas.

3º. Cómo integrarse en la vida de la congregación y de la sociedad.

4º. Las creencias fundamentales de la iglesia.

La elaboración de estos materiales es responsabilidad de la Asociación Ministerial, en colaboración con las editoriales de la iglesia.

En las congregaciones donde haya iletrados, se pondrá a disposición de los feligreses materiales con las mismas temáticas pero en formatos que les resulten comprensibles. Esta tarea estará a cargo del líder espiritual de la congregación.

a.3. Beneficios esperados

i. Se desarrollarán sistemas capaces de informar de manera efectiva y rápida.

ii. Cada miembro recibirá instrucción, se conectará con el mensaje y la misión de la iglesia, y estará informado de sus progresos y planes.

iii. La presencia adventista estará basada en una testificación sólida sobre la cual la iglesia puede desarrollar su misión.

iv. Los feligreses obtendrán amor y esperanza al experimentar la calidad de vida que resulta de la plenitud en Cristo.

b. Hay que capacitar a las congregaciones y a los miembros de iglesia para que sean comunicadores eficaces en sus respectivas comunidades.

b.1. La iglesia es responsable de:

i. Incluir estos cuatro elementos en sus comunicaciones internas, cada uno de ellos dentro de su respectivo contexto:

1º. Equipar. Instruir y capacitar discípulos.

2º. Informar. Proporcionar información esencial sobre la iglesia.

3º. Educar. Dar a conocer el sistema básico de creencias.

4º. Inspirar. Por medio de ejemplos.

ii. Velar porque toda comunicación interna muestre sensibilidad hacia las diversas necesidades de los diferentes sexos, edades, razas, idiomas, etnias y culturas.

iii. Tomar iniciativas administrativas para que la transmisión de la información a las congregaciones se realice en tiempo y forma.

iv. Compartir la información de manera sincera, honesta y responsable.

b.2. Para llevarlo a la práctica

i. El Departamento de Educación, en consulta con la administración, preparará un programa de capacitación diseñado para equipar, informar, educar e inspirar.

ii. Los métodos de comunicación han de incluir uno o más de los siguientes elementos:

• programas multimedia,

• presentaciones personales,

• escenificaciones artísticas,

• partes musicales y

• publicaciones.

iii. Han de introducirse con decisión las tecnologías de la comunicación, con el objetivo de desarrollar sistemas sostenibles de transmisión de los mensajes. El Departamento de Comunicaciones tiene que elegir y evaluar estos sistemas.

b.3. Beneficios esperados

i. Las congregaciones y los miembros de iglesia han de ser capaces de comunicarse de manera efectiva entre sí, con las demás organizaciones de la iglesia y con sus comunidades.

ii. Todos los miembros podrán recibir información de forma positiva.

iii. La transmisión de la información ha de ser eficaz.

iv. Ha de aumentar la confianza en el liderazgo y la comprensión de la problemática y los planes en lo tocante a la iglesia y a su misión.

c. La Iglesia Adventista del Séptimo Día ha de convertirse en un referente para toda persona que busque su desarrollo integral.

c.1. La iglesia es responsable de:

i. Relacionar la verdad bíblica con las necesidades actuales de una manera que sea correcta desde el punto de vista teológico y satisfactoria en lo vivencial.

ii. Dar a conocer la calidad de vida que puede alcanzarse si se comprenden las provisiones divinas para el desarrollo integral de la persona, en sus aspectos físico, mental, espiritual y social.

iii. Mejorar la eficacia de las comunicaciones, de manera que estas sean sensibles a las necesidades de la comunidad a la que están dirigidas, y que permitan a sus destinatarios aceptarlas en su propio contexto.

iv. Idear iniciativas de bajo costo y ministerios efectivos de sostén propio.

c.2. Para llevarlo a la práctica

i. Todas las actividades de servicio a la comunidad deben mostrar sensibilidad hacia los tres elementos básicos de la evangelización:

1º. La relevancia que tienen para el receptor.

2º. La disposición del receptor hacia la verdad.

3º. El permiso del receptor para compartir el evangelio cristiano.

ii. Han de solicitarse a los diversos ministerios e instituciones que creen instrumentos que les permitan tanto autoevaluarse como que los usuarios evalúen su efectividad a la hora de comunicar una calidad de vida que halla su plenitud en la esperanza que nos da Dios por medio de Jesucristo.

iii. Han de solicitarse a los diversos ministerios que escuchen formalmente, al menos una vez al año, las preocupaciones de los que no son miembros respecto a temas relacionados con la calidad de vida.

iv. Utilícense los resultados del punto anterior para crear iniciativas de servicio comunitario. Estas iniciativas deberían tener en cuenta a la congregación que organiza el evento y asimismo guiar a los interesados para que opten por la calidad de vida adventista.

v. Sírvase a las personas de una manera integral. Teniendo en cuenta su naturaleza espiritual, búsquense oportunidades adecuadas de evangelización y adoración; considerando su aspecto mental, recúrrase a una educación de alta calidad; con respecto a la salud del cuerpo, provéanseles información y programas; y en lo social, búsquese la fraternidad en la iglesia y en eventos comunitarios.

vi. Prepárense recursos que capaciten a los ministerios y a las instituciones para hacer uso de información referida a los usuarios individuales y a los grupos de usuarios, para elaborar materiales que puedan aplicarse de manera específica a esos individuos y grupos.

vii. Elabórense mecanismos que permitan informar y evaluar si la Iglesia Adventista del Séptimo Día es una fuente de referencia para conseguir calidad de vida y el desarrollo integral de la persona, de manera que acompañe a la información que se recibe habitualmente.

c.3. Beneficios esperados

i. Comunicar el evangelio de manera que responda a las necesidades percibidas y que genere esperanza en Cristo.

ii. Que las instituciones provean métodos para el desarrollo integral de la persona y que le comuniquen esperanza.

iii. Que el público en general sepa que la Iglesia Adventista del Séptimo Día es una fuente a la que recurrir para el desarrollo integral de la persona.

iv. Que se produzcan materiales útiles para las congregaciones y que vinculen las necesidades de los usuarios individuales o grupales con los recursos de la iglesia.

v. Que existan ministerios y recursos de sostén propio.

d. Debe mejorarse la imagen pública de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y de sus miembros.

d.1. La iglesia es responsable de:

i. Crear y conservar iniciativas que muestren que los adventistas contribuyen con seriedad a mejorar la calidad de vida de las personas y las comunidades.

ii. Implicar a todas las organizaciones, desde la congregación local hasta la Asociación General, y a todas las instituciones, desde las escuelas y clínicas hasta las principales instituciones educativas, de salud, de publicaciones o similares, en el mejoramiento de la imagen pública de la iglesia, según los principios especificados en la presente estrategia de comunicaciones.

iii. Hacer de la comunicación de la esperanza, que está centrada en la calidad de vida en Cristo, un concepto clave de las iniciativas de comunicación pública.

d.2. Para llevarlo a la práctica

i. Desarróllese a todos los niveles, bajo la dirección del Departamento de Comunicaciones, un plan activo y deliberado que contemple la participación comunitaria con la colaboración y el reconocimiento de las organizaciones de la iglesia y de sus miembros.

ii. Créese una red internacional de noticias adventistas, bajo la dirección del Departamento de Comunicaciones, que brinde noticias e información a las principales agencias de noticias del mundo y a las agencias de prensa no pertenecientes a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Las noticias describirán las actividades internacionales de la iglesia, incluidas las que tienen por objetivo mejorar la calidad de vida.

iii. Debe desarrollarse y adoptarse, bajo la dirección del Departamento de Comunicaciones, un protocolo de identidad corporativa para que sea usado por la Iglesia mundial, y que incluya el logotipo y la identificación distintiva de la iglesia.

iv. El Departamento de Comunicaciones ha de crear un programa que permita valorar la imagen que las congregaciones locales proyectan en sus respectivas comunidades. Las características a tener en cuenta incluyen la apariencia de la iglesia, la hospitalidad de la congregación y la interacción con la comunidad.

v. Se comenzará a utilizar un programa de relaciones con los medios de comunicación y de gestión de crisis que permita abordar las necesidades de los medios de comunicación en todos los niveles de la iglesia, y que destaque cómo los adventistas contribuyen a mejorar la calidad de vida de sus comunidades.

vi. Incluir instrucción básica sobre relaciones públicas y medios de comunicación en todos los programas formales de educación teológica y pastoral, y en cursos de formación para pastores ya graduados.

vii. Los responsables de comunicaciones y los pastores de las iglesias locales recibirán una capacitación similar que les permita saber cómo evaluar y aprovechar las oportunidades de comunicación en sus congregaciones. Todos los programas de este tipo tendrán que basarse en la estrategia de comunicación de la iglesia.

viii. Cada división desarrollará y aplicará programas de promoción de la imagen de la iglesia a cinco y a diez años vista, que aborden las necesidades específicas de su territorio.

ix. Brindar oportunidades de establecer comunicación, por medio de diferentes estilos de confraternización y adoración, para satisfacer las necesidades de las diferentes comunidades, de la misma manera en que se reconoce el valor de la diversidad étnica y lingüística dentro de la iglesia.

d.3. Beneficios esperados

i. Mejorar la imagen pública de la iglesia como una organización cada vez más centrada en el cumplimiento de la comisión evangélica de una forma que contribuya a mejorar la vida de cada persona y de la comunidad en general.

ii. Que toda la iglesia trabaje conjuntamente para mejorar su aceptación pública mientras lleva a cabo su misión.

iii. Proyectar una imagen coherente.

d.4. Las divisiones y las uniones.

Considerando la amplia gama de tecnologías que se necesitan para comunicarse con las congregaciones locales, la diversa percepción pública de la iglesia en los países que forman las divisiones, y la necesidad de usar plataformas y enfoques de comunicación que puedan adaptarse a los diversos contextos en los que opera la iglesia, es necesario que se siga desarrollando esta estrategia en el ámbito de cada división y unión.

Se recomienda

i. Solicitar a cada división que utilice el proceso participativo desarrollado para las «seis cuestiones centrales» que permitan aplicar y desarrollar la estrategia de comunicación, y brindar informes sobre iniciativas estratégicas que sean revisadas por el Consejo de Estrategias de Comunicación.

ii. Solicitar a las juntas de las divisiones y uniones que pongan en práctica la estrategia de comunicación en sus territorios, y que establezcan metas mensurables que puedan servir para efectuar revisiones y evaluar las iniciativas de comunicación.

d.5. Instituciones que utilizan los medios de comunicación para alcanzar a la comunidad.

Se recomienda solicitar a las instituciones que utilizan los medios de comunicación para alcanzar a la comunidad, incluidos los centros de producción multimedia y las editoriales, que:

a. Apliquen en todo el mundo la estrategia de comunicación por medio del desarrollo de programas coherentes con la Declaración de Estrategias de Comunicación.

b. Acepten la tarea clave de comunicarse con las audiencias no cristianas y seculares.

 

Este informe fue aceptado por el Congreso de la Asociación General de 1995 de Utrecht, Holanda.

* En el hemisferio sur, léase «Concilio Otoñal». * En el hemisferio sur, léase «Concilio Otoñal». * En el hemisferio sur, léase «Concilio Otoñal».

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