¿Esperan los pastores del rebaño que Dios trabaje en ellos? Por la luz que Dios me ha dado, yo sé que quizá se habría hecho 20 veces más de lo que se ha hecho, si los obreros hubiesen buscado a Dios para obtener fuerza y apoyo en vez de depender tanto del hombre. Hay necesidad de hombres de fe en este tiempo, que no sean simplemente predicadores, sino ministros para el pueblo de Dios. Queremos hombres que caminen con Dios diariamente, que tengan una conexión viva con el cielo. El Señor no puede trabajar con los que son autosuficientes, y que se exaltan a sí mismos. El yo debe ser escondido en Jesús. Si pudiéramos ver los profundos movimientos del Espíritu de Dios, tendríamos la verdad como es en Cristo. La eficacia de un discurso depende de la aplicación de la verdad al corazón por el Espíritu de Dios. Cuando Elías buscó a Dios en la montaña, sopló un fuego devorador; pero Dios no estaba en la llama. Se levantó una tempestad, estalló el trueno, y centelleó el relámpago; más Dios no estaba en medio de ellos. Entonces se oyó una pequeña y queda voz, y el profeta se cubrió la cabeza ante la presencia del Señor. Es la pequeña y queda voz del Espíritu de Dios la que tiene el poder de convencer y convertir las almas de los hombres.