Las orientaciones que se presentan a continuación tienen como propósito evitar que surjan roces o malentendidos en nuestras relaciones con otras iglesias y organizaciones religiosas cristianas.
1. Reconocemos a todas aquellas agencias que elevan a Cristo ante los seres humanos como parte del plan divino para la evangelización del mundo, y tenemos en alta estima a los hombres y mujeres cristianos de otras confesiones que están comprometidos en ganar almas para Cristo.
2. Cuando nuestro trabajo en diferentes divisiones nos lleva a entrar en contacto con otras comunidades y entidades religiosas cristianas, deberá prevalecer siempre un espíritu cristiano de cordialidad, franqueza e imparcialidad.
3. Reconocemos que la verdadera religión está basada en la conciencia individual y en la convicción personal. Por consiguiente, nuestro permanente propósito ha de ser que ningún interés egoísta ni ningún provecho personal atraiga a nadie a nuestra confesión, y que ningún lazo retenga a ningún miembro excepto la creencia y la convicción de que en este camino ha encontrado la verdadera conexión con Cristo. Si un cambio en sus convicciones conduce a un miembro de nuestra iglesia a creer que ya no está en armonía con la fe y la práctica adventistas, reconocemos no solo su derecho, sino también la responsabilidad que tiene, de cambiar, sin recibir ningún reproche, su afiliación religiosa de acuerdo con sus convicciones. Esperamos que las demás organizaciones religiosas respondan con este mismo espíritu de libertad religiosa.
4. Antes de admitir en la feligresía de la iglesia a miembros de otras confesiones religiosas, es preciso haber examinado cuidadosamente si lo que motiva este cambio por parte de los candidatos son sus convicciones religiosas y su relación personal con Cristo.
5. Si una persona ha recibido un voto de censura por parte de otra organización religiosa por haber cometido faltas de tipo moral no podrá ser considerada como candidata a nuevo miembro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día hasta que no dé evidencias de arrepentimiento y reforma.
6. Debido a su manera de entender la comisión evangélica, la Iglesia Adventista del Séptimo Día no puede circunscribir su misión a determinadas zonas geográficas. De acuerdo con la providencia de Dios y el desarrollo histórico de su obra por parte de los seres humanos, de vez en cuando han surgido organizaciones denominacionales y movimientos religiosos que han puesto un énfasis especial sobre distintos aspectos de la verdad del evangelio. En su origen y surgimiento, el pueblo adventista recibió la tarea de destacar la segunda venida de Cristo como un acontecimiento inminente, y de proclamar las verdades bíblicas en el marco del mensaje especial de preparación descrito en la profecía bíblica, concretamente en Apocalipsis 14: 6-14. Este mensaje ordena predicar «el evangelio eterno a toda nación, tribu, lengua y pueblo» para darlo a conocer a todos los pueblos del mundo. Restringir nuestro testimonio a alguna región geográfica concreta implica poner límites a la comisión evangélica. Del mismo modo, la Iglesia Adventista del Séptimo Día reconoce los derechos de otros grupos religiosos a desarrollar sus actividades sin restricciones geográficas.
Manual de Reglamentos Eclesiático-Administrativos de la Asociación General 075.