Una declaración para los gobiernos de los países industrializados
Los científicos advierten que el calentamiento gradual de la atmósfera resultante de la actividad humana tendrá graves consecuencias medioambientales. El clima cambiará, lo cual resultará en más tormentas, inundaciones y sequías.
Para mantener los cambios climáticos dentro de parámetros aceptables, es necesario reducir de manera significativa las emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente de dióxido de carbono (CO2). Los países industrializados son la principal fuente de estas emisiones, mientras que las primeras víctimas son las islas y los países cuyas costas están al nivel del mar.
A pesar de los riesgos, los gobiernos parecen actuar con lentitud. La feligresía mundial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día solicita a los gobiernos implicados que den los pasos necesarios para evitar ese peligro tomando las siguientes medidas:
1. Hacer cumplir los acuerdos de Río de Janeiro (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio ambiente y el Cambio Climático de 1992) a fin de reducir, para el año 2000, las emisiones de dióxido de carbono a los niveles de 1990.
2. Establecer planes para reducir aún más las emisiones de dióxido de carbono después del año 2000.
3. Abrir un debate público más convincente sobre los riesgos del cambio climático.
Mediante la firma de esta declaración, los adventistas manifestamos nuestra defensa de un estilo de vida frugal y saludable opuesto al excesivo
consumismo y a la producción de deshechos en forma desenfrenada. Los adventistas hacemos un llamamiento para que se respete la creación, se pongan límites a la explotación de los recursos del planeta y se reevalúen nuestras necesidades como seres humanos.
Declaración aprobada por la Junta Administrativa de la Asociación General el 19 de diciembre de 1995.