Debido al inicio de las hostilidades en Irak, el Departamento de Comunicaciones de la sede central de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, en nombre del presidente de la Iglesia Adventista mundial, emite la siguiente declaración:
El estallido de la guerra en Irak representa una oportunidad más para que los creyentes se pongan de parte de la esperanza frente a la desesperación. Los adventistas somos un pueblo de paz que se une a todos los ciudadanos del mundo para orar por la rápida finalización de las hostilidades.
Como comunidad de fe con presencia en todos los países del mundo, no podemos considerar que ningún país sea una nación indigna; por el contrario, vemos en cada ser humano a alguien por el cual Jesucristo, el Hijo de Dios, dio su vida. Recordamos a los cientos de miembros de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Irak, que se reúnen en tres congregaciones, entre ellas la de Bagdad y la de la antigua ciudad de Nínive. Oramos fervientemente por ellos, y por todos los que se han visto afectados por este conflicto.
Reafirmamos nuestro compromiso con el ministerio de la esperanza en medio de la desesperanza. Deseamos ofrecer sanidad y dar respuesta a aquellos cuyas vidas han sido destrozadas, no importa donde se encuentren. Esta es una parte esencial de nuestro llamamiento.
Las iglesias no solo deberían ser conocidas por sus contribuciones espirituales, aunque estas son fundamentales, sino también por su defensa de una vida de calidad, para la cual es esencial trabajar por la paz. Hacemos un llamamiento a los cristianos, y a todas las personas de buena voluntad del mundo, para que participen en forma activa en la promoción y conservación de la paz, y sean así parte de la solución y no del problema.*
Mientras oramos y trabajamos para que prevalezca la paz, reconocemos y declaramos que la única paz verdadera llegará cuando se haga realidad la bienaventurada esperanza del regreso de Cristo a la tierra. Deseamos que ese día llegue pronto, y que esa esperanza brille con fulgor en estas horas de oscuridad.
Declaración oficial dada a conocer el 20 de marzo de 2003 por el Departamento de Comunicaciones de la Asociación General en nombre de la oficina del presidente de la Asociación General, en Silver Spring, Maryland,.
* Ver la declaración oficial «Un llamamiento adventista en favor de la paz».