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Declaraciones oficiales

Abuso y violencia doméstica

Los adventistas del séptimo día defendemos la dignidad y el valor de cada ser humano y condenamos todo tipo de abuso físico, sexual y psicológico, así como de violencia doméstica.

Reconocemos el alcance mundial de este problema y los graves efectos que provoca a largo plazo sobre la vida de todos los afectados. Creemos necesario que los cristianos respondamos al abuso y a la violencia familiar tanto dentro de la iglesia como en la comunidad. Tomamos muy en serio todo reporte de abuso y violencia, y hemos dado prioridad al análisis de dicha problemática en este congreso internacional. Creemos que permanecer indiferentes e insensibles es consentir, perpetuar y potencialmente extender conductas de ese tipo.

Aceptamos nuestra responsabilidad de cooperar con otros servicios profesionales, de escuchar y atender a los que sufren de abuso y violencia familiar, de señalar las injusticias y de pronunciarnos en defensa de las víctimas. Ayudaremos a las personas que lo necesiten a acceder a los diversos servicios profesionales disponibles.

Cuando un cambio de actitud y de conducta abra posibilidades para el perdón y para un nuevo comienzo, brindaremos un ministerio de reconciliación. Ayudaremos a las familias que sufren como resultado de relaciones que no pueden ser restauradas. Nos ocuparemos de los interrogantes espirituales que enfrentan las personas que han sufrido abusos, con la intención de que logren entender las causas del abuso y la violencia doméstica y aplicar los mejores métodos que puedan evitar que se repitan.

 

Declaración aprobada por la Junta Directiva de la Asociación General dada a conocer por Robert S. Folkenberg, presidente de la Asociación General, en el Congreso de la Asociación General de Utrecht, Holanda, 29 de junio al 8 de julio de 1995.

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